Muchas veces he repetido que Fisac está entre los grandes, entre los grandes creadores que con su obra de arquitectura de dimensión universal, han atrevesado ya el umbral de la historia. No es que haya pasado a la historia: forma ya desde hace mucho tiempo parte de ella. Decía Ángel Ferrant que: "Todo está dicho ya. Pero como nadie se entera, hay que volver a repetir mil veces". Bien lo saben los medios de comunicación, los medios de la publicidad. Antonio Gaudí murió atropellado por un tranvía, olvidado de todos. Era Gaudí un arquitecto cuya dimensión universal jamás fue ni imaginada por aquellos que le rodeaban. Tan sencillo era. Hoy su figura se agiganta hasta llegar a los más alejados confines de la tierra. Miguel Fisac, con su sencillez, con su franqueza y con su claridad de pensamiento no ha sido nunca plato de gusto para los que manejan los hilos del poder mediático. Tan directo era. Pero su reconocimiento universal tomará día a día dimensiones que todavía...