Engastando una piedra preciosa. Sobre el Archivo Municipal de Ignacio Mendaro en Toledo - Alberto Campo Baeza
"Expresar lo inexpresable, lo demás sólo es lenguaje". Así de bien describe el poeta Jaime Siles lo que la Literatura es. Pues así también la Arquitectura de este Archivo Municipal de Toledo puesto en pie por Ignacio Mendaro, es capaz de expresar lo inefable.
Un edificio que no sólo tiene la cualidad de haber sabido leer sabiamente la ciudad de Toledo y su historia sino además posee la poco habitual cualidad de emocionarnos.
Hay obras brillantes de arquitectura, espectaculares, que son capaces de llenar las revistas más en punta y las cabezas de los estudiantes más inquietos, que no es mala virtud.
Hay otras obras que son más lógicas y que también tocan nuestra cabeza de una manera distinta, desde la razón.
Y hay otras obras que, además de tocar nuestra cabeza, también llaman a nuestro corazón. Son obras que, además de ser impecables desde un análisis puramente racional. Y tienen la capacidad de traspasar ese nivel y expresar, siguiendo las palabras del poeta, lo inexpresable, y llegar a emocionarnos.
Si analizamos el edificio del Archivo Municipal de Toledo desde los habituales puntos de vista, es impecable. La claridad de su estructura, la perfecta resolución de las funciones, el claro orden de sus circulaciones, el cuidado estudio de la luz y de la sombra.
Pero yo querría aquí poner el acento en lo que creo más certero. Su adecuación al lugar. Su entendimiento profundo del papel de la arquitectura nueva en la ciudad histórica. De cómo frente a la respuesta conservadora del pastiche, la Arquitectura demuestra que está viva y es capaz de responder con voz fuerte dando razón del tiempo en que se levanta.
Hay algo de orfebre en la labor de Ignacio Mendaro engarzando una nueva piedra preciosa en la joya histórica que es Toledo, una de las más bellas ciudades del mundo.
Las lecciones de Aldo Rossi en su "Arquitectura de la Ciudad" tamizadas por el magisterio de Julio Cano Lasso, como queda patente en los preciosos dibujos de Proyecto, están allí bien aprendidas y hechas realidad (¡cuánto hubiera disfrutado el maestro común paseando por esos luminosos espacios") ¿Cómo podríamos no entender a la perfección tras esta obra aquello de la recucitura della citá? Y es que esta obra tiene mucho de pedagógico. Aunque algunos no hayan sabido ni querido verlo.
Cuando Bernini va a París por ver de hacer el Louvre, proyecta algo "tan moderno" que suscita la oposición de los cortesanos, que lograron que se volviera a Roma. Eso se perdió París. Y fue Mansart, el hermano del farmacéutico del rey, quien construyó el nuevo edificio. Y la historia sigue repitiendo cerril los mismos errores.
Ignacio Mendaro, contra viento y marea, que bien se desataron en su momento, ha logrado llevar a buen puerto y ha construido una pieza ejemplar y bellísima. Y no duda en escribir generoso que "todo aquello enriqueció el debate ciudadano e invitó a reflexionar sobre el siempre difícil asunto de la intervención en entornos históricos".
Finalmente le fue concedido el Premio de Arquitectura de Castilla-La Mancha.
Ignacio Mendaro es un arquitecto de primera alejado voluntariamente del fragor de las batallas que tienen lugar en la arquitectura del papel impreso. Él está en silencio, calmo, lejos del ruido inútil. No ha logrado todavía, ni ya lo intenta, arrancarse la machadiana espina de la pasión por la Arquitectura en la que sigue poniendo todo su corazón. Y así sigue levantando obras como este Archivo Municipal de Toledo que es capaz de conmovernos y que parece seguir al pie de la letra el precepto de Machado: "Despacito y buena letra, el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas". Y vive Dios que las hace muy bien.
*Articulo del libro de Alberto Campo Baeza Pensar con las manos (2009)
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