La arquitectura y la guerra no son incompatibles. Arquitectura es guerra. Guerra es arquitectura.
Yo estoy en guerra con mi tiempo, con la historia, con toda autoridad que reside en las formas fijas y temorosas.
Yo soy uno de los millones que no encajan, que no tienen hogar, que no tienen familia, que no tienen doctrina, que no tienen lugar firme para llamar propio, que no conocen el inicio o el fin, sin "sacro y primordial sitio".
Yo declaro la guerra sobre todos los iconos y finalidades, sobre todas las historias que pudieran encadenarme con mi propia falsedad, mi propio lastimoso miedo.
Yo conozco solo momentos, y las vidas que son como momentos, y formas que aparecen con infinitas fuerzas, así "derretir el aire".
Yo soy arquitecto, un constructor de mundos, un sensualista que adora la carne, una melodia, una silueta contra el cielo oscurecido. Yo no puedo saber tu nombre. Ni puedes tu saber el mio.
Mañana, nosotros comenzamos juntos la construcción de una ciudad.
*Este escrito de 1993 fue extraido del libro Theories and manifestoes of contemporary architecture de Charles Jenks y Karl Kropf
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