Pabellón de arte móvil Chanel. 2007-2011.
El bolso Chanel 2.55 -matelassé, fue diseñado en 1955 por Coco Chanel con una superficie exterior de piel acolchada, inspirada en el acabado de cuero de las sillas de montar, a la vuelta de una visita al hipódromo. Más de cincuenta años después sigue fabricándose, convertido en accesorio singular y elemento clave de la historia de la firma. En 2008, Chanel decidió confrontar el diseño clásico del bolso con diferentes campos de la creación moderna. Para ello Karl Lagerfeld, jefe ejecutivo de la compañia, organizó la exhibición de las obras de veinte artistas contemporáneos que trabajarían en torno al histórico bolso, y encargó a Zaha Hadid el proyecto de un pabellón itinerante que viajaría por el mundo acogiendo en su interior la puesta en escena de las piezas elaboradas a partir de la iniciativa.
El trabajo de los artistas invitados incluye todos los soportes de la creación contemporánea, instalaciones, escultura, video, fotografía o sonido, de manera que el pabellón se concibe como un contenedor en cuyo interior se recorre un paisaje artístico, más que una secuencia expositiva. Tiene forma fluida, que Zaha Hadid ha proyectado para que establezca un contraste activo con los distintos entornos urbanos en los que será ubicado. El proyecto toma como punto de partida la forma del icónico bolso, que tratada mediante una superposición de capas logra formar un conjunto cohesionado sin perder la referencia al mítico modelo original.
El edificio está armado por una estructura versátil con piezas en forma de arco, que se entrelazan en torno a un patio central cubierto con elementos traslúcidos. Para su construcción se han utilizado piezas de poliéster reforzado con fibra de vidrio, con las que se define la fachada, y se han empleado para la cubierta elementos de PVC. Los lucernarios, de formas y tamaños diversos, se cubrieron con cristal y EFTE, un plástico muy flexible, de gran resistencia al calor, a la corrosión y a los rayos ultravioleta.
La estructura principal es de acero, pesa 69 toneladas y tiene 1752 uniones distintas, imprescindibles para que se pueda montar el pabellón en tan solo una semana. La estructura secundaria es de aluminio extrusiado. Los elementos que definen el cerramiento son ligeros en relación con la estructura masiva que los soporta, y tienen un gran número de formas diferentes, por lo que fue necesario realizar para cada una de ellas moldes individuales de espuma cortados en cinco direcciones. El transporte en barco entre las distintas ciudades, exige que cada elemento no mida más de 2,25 metros. El montaje final se hace con un sellado térmico que permite dejar las juntas tratadas con una resina específica.
La planta del Pabellón Chanel es de trazado ovalado. Sobre ella se levantan paramentos curvilíneos de geometría fluida que se traducen en formas sensuales, idóneas para la tipología de un edificio efímero. En el interior, los distinos espacios se definen con paramentos curvados en todas las direcciones, con ausencia total de aristas, que organizan recintos y rincones calculados para las obras de arte que se exponen, algunas de carácter visual, otras volumétricas, y también sonoras. El recorrido en la visita es aleatorio alrededor del vacío central del patio, sin diferencias entre interior y exterior, que se entienden de manera única por la continuidad de la piel que envuelve la estructura y moldea los espacios. La potente imagen de aparente arquitectura efímera del siglo XX, como el pabellón realizado por Frei Otto para la Exposición de Rotterdam de 1958.
En palabras de la propia Zaha Hadid, en el interior se busca que la luz y la oscuridad se perciben sin diferencias con la calle. En el pabellón la luz es nocturna cuando en la calle es de noche y durante el día la luz es solar en los dos ambientes. La iluminación articial, como en otros edificios suyos, baña las paredes para enfatizar la curvatura de las piezas y se derrama al exterior a través de los lucernarios. En el interior, el despiece de los elementos desmontables que conforman el pabellón crea un ritmo espacial que provoca sugerentes perspectivas y potentes vistas fugadas. Al utilizarse materiales reflectantes, la piel del exterior puede reflejar la iluminación de colores emitidas por lámparas LED, que se eligen según los diferentes acontecimientos de cada ciudad. El patio central está abierto hacia el cielo y se utiliza simultáneamente para exhibición de obras de arte y área de descanso, actuando como zona de transición entre la exposición y el espacio público del entorno.
Durante 2008, el Pabellón Chanel viajó de Asia a América, recibiendo más de 100.000 visitantes en Hong Kong, Tokio y Nueva York, las tres ciudades que lo acogieron. Estaba previsto que se instalara en más de 120 emplazamientos a lo largo de tres años, sin embargo, a causa de la situación económica mundial, la firma Chanel decidió poner fin al proyecto de manera apresurada. El presupuesto total estaba calculado en 20 millones de libras. A finales de 2010 Chanel donó el pabellón al Instituto del Mundo Árabe de París, en cuya explanada quedará instalado a principios del año 2011, junto al edificio del Instituto diseñado al principio de su carrera por Jean Nouvel. Se destinará a sede de exposiciones temporales relacionadas con la cultura árabe.
La experiencia de Zaha Hadid en arquitectura efímera es amplia. Además del diseño de exposiciones ha tenido ocasión de realizar pequeñas actuaciones para ferias, giras musicales y acontecimientos públicos. La posibilidad de experimentar con formas y soluciones constructivas singulares, añade atractivo a este tipo de arquitectura. El corto periodo de tiempo que transcurre entre el proyecto y la materialización de la obra conduce a que estas creaciones puedan considerarse piezas específicas del laboratorio de experimentación que la oficina de Hadid ha demostrado ser a lo largo de su historia.
*Este escrito fue extraido del libro Zaha Hadid. Arquitectos Pritzker de Antonio Rubio publicado por ARQ Clarín.
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